
La llamada generación plateada alzó la voz: pese a ser más longevos, independientes y activos, los adultos mayores aseguran no sentirse representados ni vistos por marcas ni servicios.
Un reciente estudio de Cadem, titulado “Generación Plateada”, reveló una preocupante realidad. El 58 % de los adultos mayores en Chile cree que ninguna institución se preocupa por ellos, mientras que un 40 % afirma que las marcas tampoco los consideran. Todo esto, en un contexto donde la población mayor crece aceleradamente y con más autonomía que nunca.
Una desconexión que se repite a nivel regional
La situación no es exclusiva de Chile. Según un informe de Tsunami Latam, más del 70 % de los adultos mayores en América Latina se sienten ignorados por las marcas, a pesar de que este grupo lidera una economía que mueve miles de millones a nivel global.
Lejos de ser pasivos, los mayores hoy son consumidores activos, con mejor poder adquisitivo y una vida más plena. Sin embargo, la mayoría de los productos y servicios aún se diseñan pensando en un público joven, dejando fuera a millones de personas con intereses, necesidades y estilos de vida diversos.
El problema no es la edad, sino el enfoque
Desde OpenSeniors, proyecto impulsado por OpenBeauchef de la Universidad de Chile, apuntaron:
“Se diseñan servicios priorizando lo joven, lo rápido, lo aspiracional desde un modelo que asocia la vejez con dependencia, deterioro o desinterés”, aseguraron.
A eso se suma la discriminación en el mercado laboral, donde, pese a su experiencia, los adultos mayores enfrentan barreras para seguir trabajando.
“Jubilarse no puede significar desaparecer”, sostuvo Alejandro Pantoja, de OpenSeniors. “Necesitamos un nuevo contrato social que reconozca que queremos seguir aportando y viviendo activamente”, agregó.
¿Qué podemos aprender de otros países?
El caso de Japón es uno de los más citados. Hoy, el mercado senior representa casi la mitad del consumo del país, superando los US$ 1,1 billones. En nuestra región, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya advirtió: si no se adapta el sistema, el envejecimiento podría convertirse en una carga en vez de una oportunidad de desarrollo sostenible.
“No tiene sentido vivir más años, si esos años no ofrecen sentido, vínculos ni oportunidades”, concluyó Pantoja.
Un desafío ineludible
El llamado es claro: las empresas que integren con respeto y visión a la generación plateada no solo ganarán un nuevo mercado, sino que contribuirán a una sociedad más inclusiva, justa y empática.
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