
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró la emergencia local y decretó un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, tras cinco noches de protestas contra las redadas migratorias impulsadas por el Presidente Donald Trump.
El toque de queda rige desde las 20:00 hasta las 06:00 horas, afectando un perímetro de aproximadamente una milla cuadrada, delimitado por las autopistas 5, 110 y 10.
Bass afirmó que la medida busca “detener el vandalismo” y “parar los saqueos”, luego de que al menos 23 negocios resultaran afectados por disturbios durante la jornada anterior.
La alcaldesa recalcó que no se busca silenciar manifestaciones, sino restablecer seguridad, especialmente ante acciones de conducción peligrosa e intentos de saqueo en zonas céntricas.
La Policía de Los Ángeles y la Patrulla de Caminos aclararon que el toque de queda no aplica a residentes, trabajadores, personas en situación de calle, medios ni servicios de emergencia.
En las últimas 24 horas se reportaron más de 197 detenciones, principalmente por desobedecer órdenes de dispersión o por participar en actos de vandalismo.
Pese a los hechos, la ciudad mantiene cierta normalidad. Sectores turísticos como el Paseo de la Fama siguen activos, al igual que estrenos de cine y ceremonias escolares.
En paralelo, el presidente Trump ordenó el envío de 4.000 guardias nacionales y 700 marines, acción cuestionada por la alcaldesa Bass y el gobernador Gavin Newsom.
Ambas autoridades acusan un uso desproporcionado del poder federal y anunciaron acciones legales para frenar el despliegue, que consideran una violación de soberanía estatal.
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